Ya sabemos que las tortugas son seres fascinantes, con una esperanza de vida que supera a la de la mayoría de las especies. Nuestra protagonista, llamada Señora T, es una tortuga de 90 años propiedad de Jude Ryder, en Gales. Su dueño solía dejarle vagar por el jardín para dar sus paseos, con tan mala suerte de que una rata con malas pulgas le atacó y le arrancó sus patas delanteras.
En una reciente entrevista a la BBC su dueño relató como tuvo que gastarse mucho dinero en las facturas del veterinario para curar a su mascota. Una vez que su tortuga estuvo a salvo, sintió una tremenda lástima porque, lógicamente, no podía moverse. Fue entonces cuando su hijo, ingeniero de profesión, ideó un artefacto con ruedas extraídas de un avión de juguete que se acopla al caparazón de Señora T y le permite moverse.
“Teníamos miedo de tener que sacrificarla, pero su nuevo conjunto de llantas le ha salvado la vida” son las declaraciones de Sinclair-Jones cuando pensaba en las poco favorecedoras alternativas que le quedaban.
“Tiene unos 90 años” dijo Sinclair-Jones. “Es mucho más de lo que yo he vivido. La rescatamos hace unos 30 años y el veterinario calculó que tenía unos 40 años en ese momento”.
Lo más alucinante es que, gracias al invento de su hijo, su mascota “puede correr bastante, mucho más rápido que antes”, en palabras de su propietario.
Esta longeva tortuga “Se acopló a a sus nuevas ruedas de inmediato, pero ha tenido que aprender a girar y parar”. “Poco a poco se ha ido acostumbrando a que se las ajuste y modifique ligeramente para hacerlas encajar mejor con el suelo. Pero parece estar adaptándose a ellas”, dijo su dueño.
En la actualidad la tortuga “está bastante bien. Tenía las piernas amputadas el pasado viernes y le construí unas ruedas”, lo que le permite volver a su vida normal.
¡Una excelente muestra de lo positivo que puede ser el ingenio aplicado a nuestras mascotas!